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Cursos de soporte vital básico, una ...

Son muchas las noticias que vemos en televisión relacionadas con fallecimientos de personas debido a un accidente o paro cardíaco como consecuencia de carencias en la atención, falta de dispositivos para la atención de urgencia o falta de formación de las personas que atendieron al accidentado. Se ha debatido mucho sobre la necesidad de habilitar recintos con todo el material necesario para auxiliar a posibles accidentados en grandes estadios, campos de fútbol, discotecas e incluso centros de formación. Estos espacios habilitados pueden ser decisivos a la hora de salvar la vida de un paciente, pero también lo es la formación de las personas que le atiendan.

Cualquier ciudadano debería estar capacitado para proporcionar auxilio básico en casos de emergencia. Todos deberíamos tener claros los pasos básicos a seguir en este tipo de situaciones. Todos deberíamos saber realizar la respiración artificial, realizar un masaje cardíaco, despejar las vías de respiración de un accidentado e incluso manejar un aparato portátil de desfibrilación.

Por este motivo cada vez es más frecuente ver cómo en centros médicos, centros de trabajo e incluso asociaciones se facilitan cursos de soporte vital básico a todo el que esté interesado en asistir. En estos cursos se intenta facilitar toda la información básica necesaria para enfrentarse con seguridad a un accidente o caso de vida o muerte. Los objetivos principales de estos cursos suelen ser básicamente enseñar a identificar la ausencia de respiración, la pérdida de conciencia o una obstrucción en las vías aéreas para posteriormente saber reaccionar de la forma adecuada.

Al finalizar el curso todos los asistentes tendrán claro cómo valorar la situación del accidentado y qué técnicas utilizar en cada uno de los casos. Las prácticas con un muñeco de goma son imprescindibles en estos cursos, ya que ayudan a los asistentes a visualizar la situación y a poner en práctica los aspectos teóricos que han aprendido. Gracias a estas prácticas se sentirán más seguros a la hora de aplicar sus conocimientos en una persona real y habrá más posibilidades de que las apliquen de la forma correcta y, por lo tanto, satisfactoriamente.

Ya hemos avanzado mucho en este tipo de formación y los ciudadanos están cada vez más concienciados de su importancia, pero no debemos conformarnos. Sería muy importante que este tipo de formación fuera obligatoria en las escuelas y centros de trabajo para que toda la población esté preparada para reaccionar en una emergencia.