La adopción de hábitos más sanos en transporte en Madrid, es decir, el incremento del uso de la bicicleta para movernos en la ciudad, conlleva también una parte negativa, y es que los accidentes de bicicleta han aumentado un 20% en el último año.
Se dudó de la capacidad de Madrid como ciudad apta para los ciclistas, sobre todo por su orografía y su densidad de tráfico. Sin embargo, y contra todas previsiones, la siniestralidad por atropellos no ha sido tan significante como lo han sido las caídas fortuitas, principal causa de las llamadas a emergencias.
Los datos lo dejan claro: se ha pasado de 553 siniestros con bicicleta implicada en 2013 a 668 en 2014, donde el 35% del total fueron causados por caídas. Por suerte, y según apunta el consistorio, la gran mayoría de dichos accidentes fueron considerados leves, implicando lesiones musculares u óseas sin gravedad.
Otra consecuencia de la cada vez mayor tasa de usuarios de bicicletas en la ciudad es el incremento de colisiones múltiples entre ciclistas, sobre todo en los carriles bici como el de Serrano.
Las recomendaciones sobre este aspecto son claves: respetar las medidas de seguridad y el espacio entre vehículos, transitar por las zonas habilitadas para ello y en calles bien iluminadas y no utilizar las bicicletas en estado de embriaguez.